A la vida se le da la cara, no la espalda.
Dolió… Pero no como duele una caída.
Dolió como duele el alma
cuando la arrancan de golpe.

El derrumbe no fue solo emocional…
Fue sísmico. Hasta los cimientos se quejaron de tu ausencia. Me quedé en ruinas.
Y lo peor es que sigo aquí… caminando entre los escombros de lo que fui contigo.

¿Cómo diablos se te ha ocurrido partir antes que yo?

¿Quién te autorizó ese adiós temprano?

El plan era simple: seguir, envejecer, repetir las carcajadas, coleccionar arrugas juntos…
Pero no… Tuviste que irte. Obligado o no,
me dejaste. Y hoy me falta hasta tu sombra.

A veces pienso, en esta locura que dejó tu marcha, que fue mejor así…
Me rompe el alma imaginarte pasando por lo que ahora yo cargo. Ver partir sin poder detener, sin permiso, sin remedio… es un infierno que no te deseo. Ni a ti, ni a nadie que ame como yo te amé.

Y aquí estoy, hablándole a tu ausencia para que no se esfume, gritándole al silencio con la voz hecha pedazos.
Recojo lo que ha quedado de mí con manos temblorosas y lo vuelvo a armar,
aunque sé que no quedará igual.

Vete en paz… Descanse tu alma.
Yo, desde este lado de la vida, intentaré lo imposible: seguir.

Con amor, con miedo, con rabia… pero seguir.
Amando, como aprendí contigo. Arrancándole a la vida los minutos que me negó contigo.

No, la vida no me debe nada, pero igual me lo cobro con cada recuerdo, con cada risa vivida, con cada mirada compartida. Eso… eso no me lo quita ni la muerte..

No tengo ganas, no tengo fuerza,
pero tengo memoria. Y ella me sostiene.

Eso sí, no acepto fórmulas ni consejos ajenos.
Esta herida es mía.
Si voy lenta, que nadie me apure…
Si me detengo, que me esperen…
Porque así, con pasos rotos y alma abierta,
voy a tu encuentro.

Y que no se te olvide: de esta no te libras.
Yo te seguiré amando, en esta vida,
en la otra, y en todas las que hagan falta.

Espérame…

Te amaré por toda la eternidad, como nos amamos en vida, con ese amor tan puro de dos almas que estaban destinadas a ser una sola.
Szeretlek